domingo, 12 de febrero de 2017

Psicología Materialista: El Ensayo de Jung sobre la Trinidad



Berlín, W. Giegerich.

 
Fragmento del artículo traducido por Helena HD. El que quiera más, que dé más en lugar de tomar.
 


Si partimos  sabiendo que Jung una y otra vez insistió en ser considerado  un empirista, la siguiente afirmación de él no nos sorprende. "Debo llamar vuestra atención sobre el hecho de que no tengo una teoría de Dios como cuaternidad. La  cuestión de la cuaternidad no es una teoría en absoluto, es un Fenómeno... No cometería tal crimen contra la epistemología...(Letters 2, p. 584, a Witcutt, 24 Aug. 1960.) No soy de ninguna manera responsable del hecho de que hay fórmulas de cuaternidad..." Jung se declara inocente. Él no tiene una teoría... Simplemente está presentando hechos o fenómenos. Ahora estamos ciertamente dispuestos a admitir que hay tales cosas como fórmulas cuaternarias. Pero obviamente hay también fórmulas trinitarias, triadícas así como diádicas y por supuesto monistas, por no mencionar todos los otros esquemas numéricos con siete, doce, veinte, sesenta elementos. Sin embargo, en el caso de la Trinidad y la cuaternidad, Jung no está interesado meramente en la existencia de las fórmulas correspondientes y su descripción psicológica y análisis. También afirma que la Trinidad está fundamentalmente en una carencia, deficiente, ya que necesita una cuaternidad para ser trascendida. Y particularmente en lo que se refiere a Dios, piensa que psicológicamente es de vital importancia que la concepción trinitaria se expanda por la inclusión de un Cuarto, o el mal (Satán) o la materia, lo femenino (la Virgen María). La idea de que algo es una necesidad en el sentido de "debería" aparece como una afirmación de facto, ¿o no es más bien una teoría (o tesis) si no un programa, después de todo? Por supuesto, hay otro tipo de necesidad, es decir en el sentido de una ley de la naturaleza, tal como la ley de la gravedad. Bajo las condiciones especificadas por esta ley todos los objetos cayendo aceleran a la misma velocidad independientemente de su peso.  En Memorias, Sueños y Pensamientos (MDR), Jung relata que en su viaje a África cerca de Mt. Elgon, el gobernador de Uganda pidió que Jung y su grupo tomara bajo su protección a una dama inglesa que volvía a Egipto por el Sudán y de esta forma seguía el mismo itinerario que ellos tenían. Entonces, Jung hace el siguiente comentario:
Menciono este episodio para sugerir los modos sutiles por el que un arquetipo influencia nuestras acciones. Éramos tres hombres, eso fue cuestión de pura suerte. Le pedí a otro amigo que se uniera a nosotros, lo que habría supuesto un cuarto. Pero las circunstancias le impidieron aceptar. Eso fue suficiente para constelar el inconsciente o destino. Emergió como el arquetipo de la tríada que pide el cuarto para completarlo, como ha sido el caso una y otra vez en la historia de este arquetipo. (MDR p. 260f., traducción modificada.)

"La tríada, que pide el cuarto para completarla". Es inherente a la tríada, así lo sugiere Jung, sentirse incompleta y pedir el cuarto. Este Jung concibe como una especie de ley general psicológica, que puede ser vista por el hecho de que, como profesa, ha pasado todo el tiempo en la historia. Así que en este pasaje de MDR Jung implícitamente opera mutatis mutandis con un tipo similar de necesidad a la sugerida por las leyes de la física. Si esto fuera el sentido dominante de la relación entre la trinidad y la cuaternidad, Jung podría haberse recostado y relajado, porque el desarrollo histórico podía inevitablemente y por su propio acuerdo convertir la Trinidad en una cuaternidad. El sentido total de urgencia, apasionada argumentación contra la Trinidad como insuficiente y en favor de la cuaternidad que encontramos en muchos de sus escritos posteriores y en MDR sería innecesaria. La profunda emocionalidad con la que habla sobre estas materias revela que tiene un interés personal en el asunto. Pero déjennos considerar primero el episodio particular que ocasionó el comentario de Jung sobre la tríada que pide un cuarto. Hay varios problemas en ello. Por qué fue el hecho de que fueran tres hombres meramente "una cuestión de pura suerte", mientras que cuando les pidieron que aceptaran a la señora en su grupo fue la obra del destino en la forma de un arquetipo constelado? Porqué no es este último acontecimiento también una cuestión de pura suerte, un suceso de la vida ordinaria, sin ningún significado más profundo? ¿Qué justificación hay  ahí para afirmar que un arquetipo estaba operando? Muchas veces el mismo Jung insistió que "la Navaja de Occam" tenía que ser respetada, la admonición según la cual  uno no debe  usar principios explicativos adicionales si los más simples son suficientes perfectamente. Jung no da ninguna razón al porqué tenía que ser esta señora la cuarta ni porqué no podía haber sido posible, por ejemplo, dos damas, o una pareja casada, quien quería unirse a ellos, o, a la inversa, nadie en absoluto. Si el tercer amigo de Jung hubiera sido capaz de ir con ellos, ¿podría también esta señora  haber querido ser tomada bajo su protección durante su viaje a Egipto (lo que le habría convertido en quinta)? La introducción de la idea de los "modos sutiles de los trabajos de un arquetipo" parece en este caso, si no supersticiosa, traída por los pelos.




Un segundo problema es que Jung no ofrece ninguna prueba a su afirmación según la cual  en la historia de este arquetipo pasó una y otra vez que Tres fuera completado por el Cuarto. Esta tesis necesitaría ser corroborada con numerosos  ejemplos. Pero por lo que yo veo, Jung no proveyó de ninguna evidencia en ninguna parte de su trabajo acerca del hecho alegado de que hay un arquetipo de la tríada que pide el cuarto para completarlo. Tal como están las cosas, es más verosímil que el sujeto humano C. G. Jung sea quien pide el cuarto.

Además, ¿un arquetipo desde sí mismo llama a  otro? ¿No son ambas, la trinidad (o la tríada) y la cuaternidad, como todos los arquetipos, estructuras arquetipales independientes, completas y suficientes por sí mismas? ¿La trinidad no tiene su dignidad, verdad y completitud todo en ella misma? ¿Se necesita, como Jung propone, obtener su conclusión fuera de ella misma y en un otro? Esto no tiene sentido. Somos, cuando hablamos de trinidad y cuaternidad, no en la esfera de los números de la mente contante, para la cual uno, dos, tres pide cuatro, pero entonces por supuesto también cinco y seis. Cuando hablamos sobre arquetipos y la Trinidad estamos en la esfera del simbolismo arquetipal numérico, la esfera del alma. Y para el alma, todos los números tienen igual estatus como verdades independientes particulares del alma.
Es verdad por supuesto que los arquetipos no deben ser vistos de forma abstracta aisladamente pues involucran a otros arquetipos, lo cual en mitología es expresado frecuentemente en las imágenes de matrimonio, amorío, relación familiar, lucha u odio, etc. El senex puede aparecer como el padre del puer, Venus es mostrada enamorada de  Marte. Pero todo esto no es más que, digamos, las "relaciones externas" de estructuras en sí mismas "soberanas".

Venus no está en sí misma fundamentalmente incompleta y por lo tanto "llamando"  a Marte para que la complete. Así, sin embargo, es exactamente como Jung establece la relación entre la tríada y la cuaternidad.
Además, la fenomenología histórica del pensamiento ternario no apoya la visión de Jung. Hoy existe una fuerte evidencia del autodespliegue del "tres" como completo. Aristóteles, por ejemplo, escribió en De Caelo, 268a 1-13,

Podemos decir que la ciencia de la naturaleza está en gran medida preocupada por cuerpos y magnitudes y con sus cambiantes propiedades  y mecanismos, así como también por los principios que pertenece a esa clase de sustancia; puesto que la suma de las entidades constituidas físicamente se compone de cuerpos y magnitudes, seres poseedores de cuerpo y magnitud, los principios o causas de estos seres. Lo continuo puede ser definido como aquello que es divisible en partes que son ellas mismas divisibles hasta el infinito, el cuerpo como aquello que es divisible de todos modos. La magnitud divisible en una dirección es una línea, en dos direcciones una superficie, en tres direcciones un cuerpo. No hay magnitud incluída en estos; pues tres son todo, y “en tres formas” es lo mismo que “de todas formas”. Es justo como dicen los Pitagóricos, el mundo entero y todas las cosas en él suman en el número tres; pues el final, el medio y el principio dan el número de lo completo, y su número es la tríada. (Mi énfasis.)

Este texto provee un fuerte caso para la todo comprensiva completitud de la tríada (lo que por supuesto no es para ser tomado como un argumento contra la cuaternidad como otra autosuficiente y en ella misma completa estructura arquetipal con una muy diferente función psicológica). Y no remite simplemente a la estructura triádica en el mundo de los cuerpos físicos, lo que podría sugerir la parte inicial del párrafo. Al incluir “un final, medio y comienzo”, Aristóteles indica que la tríada prevalece también en un sentido temporal e incluso en la misma lógica del Juicio o Silogismo. Pues el medio  (meson)  es, desde Platón, la cópula o el terminus medius:  sujeto – cópula –predicado.

Es remarcable que en  este párrafo no solo entendemos la relativamente última mirada de los filósofos clásicos Platón y Aristóteles. En este pasaje este último se refiere a los Pitagóricos, quienes a su vez mantuvieron la mucho más antigua tradición de los Órficos. Para Anaximandro, quien, claramente influenciado por los Órficos, desarrolló la primera cosmología “científica”, el omnipresente significado de la tríada es obvio: el diámetro de la Tierra es tres veces su profundidad, el de la rueda solar tres veces tres veces tres, la de la luna tres veces tres veces dos y la de las estrellas fijas tres veces tres veces uno.

En la esfera política, encontramos en la historia romana el fenómeno de los triunviratos. ¿En su caso la tríada necesitaba el cuarto para completarla?

Por otro caso históricamente importante de tríadas autosuficientes permitidme referirme al Neoplatonismo. De acuerdo a Plotino y Porfirio hay tres sustancias (hypostaseis), el Uno, la Mente Divina y el Alma. Y tanto en Plotino como en Proclo, encontramos el fuerte pensamiento triádico sobre todo también en la dinámica, tríada dialéctica de monê (permaneciendo) prohodos, (procediendo, emanación) y epistrophê (reversión, volviendo  a uno mismo). En todos los casos, estas tríadas son estructuras completas. No hay nada que pudiera echarse de menos  o imaginarse añadido.

Durante el siglo VI d. C.  Pseudo Dionisio Areopagita, otro pensador de la tradición neoplatónica y el inventor del término “jerarquía”, estructuró el otro mundo, en particular la esfera jerárquica de los ángeles, de acuerdo a un principio estrictamente triádico.
Y por medio de  un último ejemplo, de tiempos más recientes, menciono a Joham Gottlieb Fichte para quien había una tríada de Grundsätze (principios fundamentales) y demostró que con el tercer  Grundsätze  el número de principios fundamentales se acabó. Como indiqué, no hay duda de que existen fórmulas de cuaternidad, también aquellas de estructura 3+1. Pero en lo que se refiere a esta estructura, es desde el principio un tipo de cuaternidad y la, por así decir, articulación secundaria de la forma lógica interna de esta cuaternidad. No es primera una trinidad, especialmente no la Trinidad Cristiana, complementada por un cuarto. Uno no debe confundir la  cuaternidad interna del 3  en la estructura 3 + 1 con la completamente diferente y autosuficiente de la Trinidad. Y uno no debería literalizar más como si señalara una adición, complementación, completitud de la tríada. Es más bien simplemente el signo de una cualitativa diferencia. O una distinción en el Cuatro.
La cuestión que necesita ser respondida es cómo Jung apoya su pretensión de que la Trinidad es incompleta y requiere completarse a través de la adición de un cuarto. El trabajo en el que Jung presentó la supuesta evidencia que hace su tesis plausible es su ensayo “Un acercamiento psicológico al Dogma de la Trinidad”  en CW 12. Volveré a ello para examinar el argumento de Jung y el material presentado por él  apoyando la necesidad del  Cuarto.